La antena misteriosa
Las 7:30, día de Navidad, el teléfono suena estridente y puntual. - ¿Diga?... Si, todo en orden... Si, entendido... adiós-.
Cuelgo el auricular, tenemos luz verde, el plan sigue su curso,. Miro de nuevo el reloj, es la hora. Apuro un último sorbo de oscuro café y me pongo en marcha. Mientras arranco el motor repaso, otra vez, la lista de material que he de recoger. A esta hora aun no se ve un alma por la calle, parece que ha llovido...